Las competencias básicas presentan una novedad en nuestro sistema educativo y una preocupación para los docentes. En la normativa aparece como uno de los pilares de la educación.
El nuevo currículo incorpora las competencias básicas junto con los objetivos, los contenidos y los criterios de evaluación.
Esta incorporación tiene como finalidad integrar los diferentes aprendizajes, tanto los formales (centros educativos), informales (familia) y no formales (sociedad, Ayuntamientos, instituciones,..) con los aprendizajes correspondientes a las diferentes áreas del currículo.
Este enfoque hace que los docentes reflexionen sobre la práctica educativa y se replanten el modo de desarrollar las clases, manteniendo algunas prácticas y modificando o cambiando otras.
¿Son una moda? ¿Es una ocurrencia de un partido político y que por lo tanto es probable que sea cambiada por otra ocurrencia semejante si hay un cambio de gobierno? No.
Tampoco son temas transversales con otro nombre, ni son cosas que ya se hace desde hace mucho tiempo... Las competencias básicas "han venido para quedarse".
En 1997 los países miembos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lanzaron el programa PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes) para conocer en los estudiantes que se encuentran al final de la escolaridad obligatoria cómo han adquirido los conocimientos y destrezas necesarios para su completa participación en la sociedad. Estas evaluaciones comenzaron con la comparación de conocimiento y destrezas en las áreas de lectura, matemáticas y resolución de problemas.
La definición de competencias nace de unos acuerdos de la Unión Europea que tuvieron su inicio en el Consejo Europeo de Lisboa en marzo de 2000 haciéndose hincapié en que "todo ciudadano debe poseer los conocimientos necesarios para trabajar y vivir en la nueva sociedad de la información".
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