martes, 16 de octubre de 2012

POR QUÉ PEDIMOS LA RETIRADA DE LA LOMCE Y LA DIMISIÓN DE J.I.WERT


Nuestro rechazo a la LOMCE es fruto de un análisis a la misma. La pretendida “mejora” no es más que un paso atrás en los derechos ciudadanos y una visión de la Educación que no compartimos como familias del alumnado.

Desde su preámbulo que basa el pretendido éxito en los resultados (output) sin tener en cuenta las inversiones (input) y con la idea de una reforma de la educación para mejorar la economía sin basarla en la formación integral de las personas, lo que subyace en el espíritu de la LOMCE es una mercantilización del conocimiento.

Se dice que la reforma se basa en el “sentido común”. ¿Qué es el sentido común? Y ¿de quién? Creemos que hay expertos en las facultades de la Educación con capacidad de evaluar, reflexionar y analizar el sistema educativo con consideraciones basadas en la investigación.

El refuerzo de las materias instrumentales, ampliando la carga horaria de las mismas, pone en menoscabo la adquisición de las Competencias Básicas y además no pensamos que sean necesarias más horas sino mejores profesionales, y para eso la formación inicial y continua del profesorado es la base de toda la mejora que se pretenda como tal.

Si en la LOMCE el desarrollo de las TIC se define como “herramientas complementarias del aprendizaje” se sigue sin entender las TIC como medio real y vivencial en la sociedad actual y no se aprovechan los cambios estructurales, metodológicos y sociológicos que proporcionan.

Desaparecen los ciclos en la educación primaria y se establecen en esta etapa dos pruebas evaluativas “externas” que echan por tierra la evaluación continua del alumnado por parte del profesorado que realmente conoce y vive el día a día de los niños y las niñas en esta etapa.

La Educación secundaria con dos ciclos uno de tres cursos y el cuarto con carácter preparativo y sus revalidas no buscan precisamente mejorar los resultados académicos de los estudiantes sino excluir tempranamente a los que más lo necesitan y restringir el acceso a la universidad. La selección de unos pocos condena a muchos a vías de segunda, responsabilizándoles a ellos y a sus familias del rendimiento.

La desaparición de los PCPI con el que muchos y muchas jóvenes podían acceder al bachillerato y retomar la educación después de esa etapa tan difícil como es la adolescencia con sus cambios psicológicos y hormonales, será una vía a la exclusión social y un caldo para trabajadores sin cualificación ya que el título de Formación Profesional Básica no será suficiente para acceder a un puesto de trabajo ya que no conducen a la obtención de la ESO y cualifica únicamente para un “ conjunto reducido de actividades simples ,dentro de procesos normalizados”, según el descriptor del Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales.

La dualidad de Bachillerato entre las enseñanzas académicas y las enseñanzas aplicadas es otra manera de clasificar al alumnado y cerrar las puertas desde temprana edad a la Universidad. Cuantas personas estudian una carrera y después cambian de estudios al encontrar lo que realmente les llena.

Además y con referencia a la participación en el control y gestión de los centros educativos sostenidos con fondos públicos por parte de las familias dentro de los Consejos Escolares, el que pasen a ser Órganos Consultivos choca con el Art.27. 7 en donde sí se recoge expresamente esta función de las familias.

Los procedimientos de admisión en las Universidades es otra criba que no compartimos ya que no será la nota la que determine el acceso sino los criterios de admisión de las distintas universidades lo que permita acceder a las mismas.

La Educación diferenciada por sexos tiene cabida en la LOMCE que de esta manera ignora e incumple la sentencia del Tribunal Supremo en contra de sostener con fondos públicos a los centros que discriminen por sexos.

Todas estas medidas que la LOMCE introduce no son más que un desmantelamiento del sistema Educativo Público, una privatización encubierta que no queremos y no toleraremos, y por tanto pedimos la dimisión del Ministro Jose Ignacio Wert y la retirada del proyecto de modificación de la LOE inmediatamente.

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